viernes, 20 de mayo de 2011

PIB PER CÁPITA EN 1995 Y 2007




El gráfico de barras objeto de comentario representa los valores relativos del PIB ( Producto Interior Bruto) por habitante en relación con el valor medio de España(100), correspondiente a las 17 comunidades autónomas y a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, entre los años 1995 y 2007 ( estimación). Aunque podemos encontrar otros indicadores mejores para analizar el nivel de desarrollo (IDH), el PIB constituye una buena referencia del nivel de riqueza global de dichos territorios, aunque no refleja la diferencia de renta entre la población.

Entre 1995 y 2007 España experimenta un crecimiento económico considerable, que coincide con la introducción del euro y una mayor apertura e internacionalización de nuestra economía. En términos absolutos, que no es el caso del gráfico, el PIB per cápita crece más o menos un 30%, alcanzando así, tras décadas de retraso, el nivel de renta per cápita medio de la UE. Sin embargo, el crecimiento no es uniforme entre las distintas comunidades autónomas ni el nivel de riqueza (renta per cápita) de partida es el mismo. El gráfico nos permite identificar dos fenómenos: qué comunidades autónomas tienen un mayor o menor crecimiento de su renta durante el periodo, y cual es la posición relativa de cada una de ellas con relación al nivel medio de España (100)

A lo largo de toda la edad contemporánea ha habido una diferencia de riqueza, renta, entre las regiones españolas. En el franquismo esa diferencia incluso se agravó y las últimas décadas de la actual etapa democrática la ha reducido pero de modo limitado. Gracias a éste gráfico podemos observar que, en 1995, Extremadura, Andalucía, Castilla- La Mancha, Galicia y Murcia se sitúan en las últimas posiciones. Extremadura apenas supera el 60% de PIB per cápita medio español. Estas comunidades son las que tradicionalmente, el sector primario ha tenido un peso económico relevante (Andalucía, Extremadura, Murcia y Castilla-La Mancha), que están asociadas a la agricultura latifundistas o minifundistas (Galicia), con un pasado histórico marcado por la emigración y el desempleo. Excepto Castilla-La Mancha, las comunidades autónomas han experimentado durante este periodo un crecimiento de la renta per cápita superior al de la media española. Ha sido relevante las incidencias de políticas públicas de fomento del desarrollo, especialmente las resultantes de las políticas de la UE (fondos FEDER,…). Tanto en Andalucía como Murcia, el crecimiento económico se ha concentrado en la costa (actividades turísticas y urbanísticas) y en menor medida en el interior.

Aproximadamente entre el 85 y el 100% del PIB per cápita española se sitúan en varias comunidades (Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-León y Valencia) y las ciudades de Ceuta y Melilla. Algunas sufren los efectos de la reconversión industrial, como Asturias y Cantabria, mientras en otras incide un espectacular desarrollo turístico, como en Valencia o Canarias. En el caso de Canarias, su nivel medio de renta per cápita resulta algo equívoco, ya que se trata de una de las comunidades con mayores desigualdades de renta entre grupos sociales, con uno de los salarios medios más bajos de España y con altas tasas de desempleo. El crecimiento económico de Canarias se ha detenido en los últimos años y actualmente en una de las comunidades más afectadas por la actual crisis.

Las comunidades autónomas con mayor PIB per cápita se sitúan en el cuadrante nororiental de la Península Ibérica y Baleares, y concentran la mayor parte de la producción industrial y de servicios que tienen mayor valor añadido. Históricamente han contado con mayor nivel de desarrollo (mejor red de transporte,…) y menos desigualdades sociales (menos analfabetismo). Durante éste periodo algunas regiones se han beneficiado de la inmigración extranjera y han tenido bajas tasas de desempleo. Madrid, Navarra y País Vasco se sitúan a la cabeza, con un nivel de renta aproximado entre 120 y 130, y en una posición algo más retrasada está Cataluña, Baleares, La Rioja y Aragón. Excepto Cataluña y La Rioja, que experimenta un retroceso relativo en éste periodo, el resto de estas comunidades mantienen la posición de primacía que tenía al inicio de los años noventa.

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