viernes, 20 de mayo de 2011

La integración de Canarias en la UE se caracteriza por su lentitud y dificultad. Con la apertura de negociaciones entre España y la CEE, en 1979, se prevé que ésta finalmente se incorporará, sobre todo por el cambio de régimen, de una dictadura militar a una democracia. Sin embargo, en el caso de Canarias, la integración de España en la CEE se dificulta, debido a su lejanía del continente, los beneficios fiscales que tenía,… por lo que se le ofreció varias alternativas: el pleno ingreso, aceptando así ser tratada igual que a España, en su conjunto; el ingreso parcial, optando así a unas políticas y rechazando otras que no le convengan a su régimen económico-fiscal; o no ingresar en la CEE. Finalmente España ingresa en la CEE (1986), aunque el modelo no es satisfactorio para Canarias, ya que no entra en la PAC. Posteriormente se llega a un acuerdo (1991) con la CEE, buscando unas condiciones más favorables para Canarias, en el que se determina que ésta región se excede del IVA, cambiándolo por el IGIC, que tiene una tributación más baja, una aplicación flexible de la PAC, optando tan sólo a lo que nos beneficie, y no se le aplicará la TEC para importaciones de primera necesidad. Tras la elaboración del Tratado de Ámsterdam, donde se reconoce la existencia de regiones que no pueden ser tratadas por igual, Canarias es denominada como Región Ultraperiférica (RUP).

Canarias, junto con las Azores, Guadalupe, la Guayana Francesa, Madeira, Martinica y Reunión, conforman las regiones ultraperiféricas de la UE. Las desventajas a las que tienen que hacer frente éstas regiones es a su lejanía del espacio europeo, a tener un espacio reducido y fragmentado, a las condiciones ortográficas y naturales en parte adversas y algunos casos de sobrepoblamiento. Por otro lado también están muy marcadas la problemática de mercado y producción (baja productividad, mercados alejados,…).La UE considera que son problemas permanentes o estructurales, que necesita la aplicación de medidas específicas para solucionarlos o, al menos, mitigarlos. Por otro lado, se produce una acción concertada de las Regiones Ultraperiféricas, donde se reunieron los presidentes de la zonas ultramar para defender sus intereses, en Bruselas (Cede de la UE), donde se pedía que se tuvieran en cuenta las condiciones de las RUP ante las políticas europeas.

La situación de Canarias, como región ultraperiférica, le supone unas ciertas desventajas, como el la doble insularidad (S/Cruz de Tenerife y Las Palmas), la insularidad, que la hace dependiente del transporte aéreo y marítimo, la lejanía del continente europeo, donde se encuentra el principal mercado, la escasez de recursos naturales estratégicos, como es el agua, la energía y el suelo, y el poseer un relieve accidentado y una fragilidad ambiental. Frente a esta situación, la UE ha tomado ciertas medidas para hacer frente a su situación ultraperiférica, entre ellas se encuentran las medidas económicas especiales, recogidas en el POSEICAN, como es el REF, anterior al ingreso en la CEE, que integra instrumentos de ayuda como es el RIC, la ZEC y la creación de zonas francas,…; también se encuentra una aplicación peculiar en Canarias de la PAC, que incluye el REA, reduciendo así los aranceles a la importación de la mayor parte de alimentos; y, por último, la Política Pesquera Común, que se adapta al sector propio y ayuda al establecimiento de flota de pesca en aguas del banco Canario-Sahariano. Por otro lado también está recogido en el POSEICAN el fondo específico para compensar el coste de la situación ultraperiférica (35€/habitante y año).

Canarias se ha beneficiado de fondos para la convergencia de su economía con regiones de economía más avanzada, pero poco a poco se ha ido acercando a la renta media de la UE, del 70% en 1985 al 96% en 2006, por lo que, debido a su nivel de renta, ya no se tendría que beneficiar de fondos compensatorios (FEDER, FESE), pero por su carácter ultraperiférico se mantienen, aunque reducidas.

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